Me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos.
13 marzo, 2012
Véte que no quiero conocer sus ojos achinaditos
su pelo suave de seda, su mano fría aferrada a la nuestra.
Su sonriza, sus mañanas soleadas, su llanto desesperado.
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