De golpe la luz del sol lastimó mis ojos.
sentí las sábanas suaves que cubrían mi cuerpo
y comenzé a despertarme despacio.
Ya no llovía como el día anterior y solo podía observar aquél ser a mi derecha.
Brillaba y era hermoso, como el canto de los pájaros sobre la ventana de la habitación.
Me levanté a comer algo y volvi a acostarme a su lado,
podía olerlo, sentirlo, y era solo mío.
Observé cada parte de él,
cada mólécula de su cuerpo.
Me sentía plena, no necesitaba saber que pasaba afuera.
El mundo era de los dos y el amor se respiraba en el aire.
Volví a dormirme en paz.
Me despertó con un beso y el desayuno en la mesa.
"Buen día hermosa"
Miro el horizonte y sonrío: Nunca antes había sido tan feliz.
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